Va a venir, es la afirmación más importante de este domingo de Adviento. No lo dudes, viene y lo hace para encontrarse con nosotros, contigo, conmigo. Está al llegar, puede ser hoy mismo. ‘Estad en vela’ ¿Dónde miras? ¿Estás preparado? Desear con todas las fuerzas ese encuentro transformador para que mi vida le haga presente en el mundo. Abrir puertas, abrir los ojos, escuchar la llamada de píe esperando abrir la puerta… Vigilantes con cualquier detalle que nos hable de su cercanía, despiertos para no perder ni una señal de su proximidad. Mirar a nuestro alrededor para gozar de su presencia ya en la misma espera. Somos hombres y mujeres de esperanza, sabemos que Él no nos defraudará, viene, nos busca y quiere nacer en y con nosotros.

El Encuentro con el Señor está lleno de sorpresa en el cómo y en el cuándo. Él se hace el encontradizo, es imprevisible. Esto hace que se llene de una alegría desbordante. Del grito de la admiración y el gozo imprevisto. Nuestra tarea es muy sencilla, no perder el deseo, no perder la esperanza sobre la realidad del mismo. “Estad siempre despiertos” es la actitud de todo cristiano. En las noches de la vida, atentos. En los momentos de mucha luz, con los ojos abiertos. En el abatimiento, fuerza para no caer. En las alegrías, vigilantes a las sonrisas y la felicidad de los otros. En el día a día mantengamos la vigilia para encontrarnos con Él, si le sientes cerca abre tu corazón para que lo ocupe y le haga vibrar.