«Agranda la puerta, Padre,
porque no puedo pasar;
la hiciste para los niños,
yo he crecido, a mi pesar.
Si no me agrandas la puerta,
achícame por piedad;
vuélveme a la edad aquella
en que vivir es soñar».
Miguel de Unamuno
*¡Feliz día de Reyes!*
Los Magos ‘entraron en la casa, vieron al niño con Maria, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron’
Ante tanta maravilla nos agachamos, ante tanta luz nos abajamos, ante tanta grandeza nos hacemos pequeños. En su casa, junto a Él, con María su madre… adoramos, hacemos de Él el Señor de nuestra vida. Su grandeza es la pureza, su majestuosidad el milagro de la vida, su luz la de un niño que tiene la misión de salvar.
Llegamos a su casa, ante su presencia y no nos quedamos en la puerta, necesitamos entrar, contemplar, disfrutar de su mirada, su sonrisa y alegría del encuentro. No basta la cercanía para disfrutar del amor, hay que gozar de su abrazo.
