‘Paz a esta casa’ como saludo y tarea. Ser constructores de paz en medio del mundo es la carta de presentación de sus enviados.
Resolver conflictos, ser mediadores, proponer y escuchar, aceptar diferencias e intentar comprenderlas. Hombres y mujeres pacientes y tejedores de encuentros, que suman y no restan, que saben proponer para limar asperezas, constructores de fraternidad y comunidad… Todas estas propuestas conforman parte de la identidad del discípulo, una buena propuesta para nuestro mundo hoy,