Palabras del Padre Fundador en la festividad de San José -1954 –
San José es el Protector de las almas consagradas y tenemos que tener mucha intimidad con él. Santa Teresita y otros Santos, han tenido un especial cariño y devoción a San José.
La Alianza descansa en la especial protección de San José, porque la Alianza está precisamente formada por almas consagradas, María y Jesús viven de un modo especial en la Alianza. María… Jesús… y donde está María y Jesús allí está José. José, no puede nunca separarse de estos dos personajes. Aquí está la Sagrada Familia, aquí está la Trinidad. Jesús, José y María tienen que vivir necesariamente en la Alianza. Yo cada vez más, siento esta alegría, esta satisfacción de haber dispuesto que en todos los Centros, en todos los Retiros y en todas nuestras Capillas, siempre, las primeras imágenes a las que habéis de dar un culto extraordinario, eran estas tres: Jesús, José y María. Su colocación en los altares, no es preciso que estén en el centro, a un lado o a otro, el caso es que estén en nuestros altares y no hay Retiro en donde no se encuentren.
Por eso, amadísimas mías, la Alianza tiene esta gran defensa y ya que tuvimos la dicha de que esta Casa se inaugurase y se celebrase la primera Misa en el día de hoy –hace tres años-, seguir vosotras invocando con todo fervor la protección y ayuda de San José. Si vivís bajo su protección y le amáis no os perderéis, os defenderá lo mismo que defendió a Jesús y María.
Su poder está en el Rey; pues aunque tengáis que pasar por trances apurados, confiad, ya que San José será siempre vuestro gran Protector.
Antonio Amundarain
19 –3-1954
San José os guarde
(Campanilla del Maestro nº 33)
“Lo que yo quiero deciros es que este gran Santo fue escogido por Dios para ser ayo y guardián fidelísimo del Niño Dios y de la benditísima Virgen María, y que el cargo lo cumplió admirablemente, con grandes sacrificios y con suma fidelidad y exactitud.”
“Y lo que añado es que la Iglesia llama a San José Guardián de las vírgenes…”
“En las Escuelas de Jesús se debe querer de un modo singular a San José, y las niñas todas, que quieran guardarse inocentes, limpias y puras, como los ángeles y como la Virgen Santísima, deben recurrir con amor filial a este Padre y Tutor de la Iglesia.”
“…Pues, que San José os guarde a todas…”
Vuestro capellán,
Antonio