Cargar la cruz por las calles de la ciudad, caerse, levantarse, sentirse mirado y condenado por ojos de los demás… y seguir firme, lleno de Dios, con la pasión por Dios que le lleva a ponerse en sus manos, a volver a mirar su historia, su vida… y seguir firme en el ‘haz de mi lo quieras’ del salmo que tantas veces rezó.

Pasión por los que han sido sus amigos… ve lejos la cena en la que les miró con amor, pero están en su corazón aunque no los encuentra camino del calvario. Está solo y lleno de pasión por hombre, por la humanidad necesitada de consuelo y de perdón. Cada uno de sus gestos son de amor… la mirada a su Madre, al discípulo, a los que se reparten la ropas, a los que le juzgan, a los soldados. Sin irá, sin reproches, sin venganzas… Entrega su vida por cada hombre y mujer de este mundo, todos estamos en su corazón… ¿Qué dices ante tanta generosidad?