San Marcos.
Estamos enviados a transformar. No hay anuncio de la Buena Noticia sin transformación, nuestra y del entorno, del mundo. No hay anuncio sin
señales, sin propuestas de un mundo sin mal, sin expulsar el mal o luchar para eliminar todo aquello que deshumaniza o esclaviza al hombre.
El anuncio lleva parejo la colaboración en la construcción de un mundo más fraterno y justo. Él no nos deja solos, sigue cooperando con nosotros. No hay límites para el anuncio, ‘id al mundo entero’, a cualquier rincón, en todo lugar, en cada situación que se necesita luz, llevaremos la que da la Palabra, la que da saberse querido por Él. ¿Te sientes enviado? ¿Te atreves a dar signos y señales que transformen? Adelante, no estás solo.