La Constitución fue escrita por el Santo Padre el 8 de diciembre de 2017, el 52° aniversario de la conclusión del Concilio Vaticano II.
El documento indica la dirección y, más específicamente, los criterios básicos para una renovación y un relanzamiento de la contribución de los estudios eclesiásticos en una Iglesia misionera “en salida” como ilustra el amplio Proemio, inspirados en la Evangelii gaudium, ha señalado el Cardenal Versaldi.