Ven y sígueme. Jornada de la Vida consagrada 2012

29 Ene, 2012 | Vida Consagrada

VEN Y SIGUEME

Cartel Jornada VC 2012

El día 2 de Febrero es la Fiesta de la Presentación del Señor en el Templo; desde el año 1997 por iniciativa del Beato Juan Pablo II se celebra la Jornada Mundial de la vida consagrada.

Ésta pertenece a la vida y misión de la Iglesia, y todos, ministros y laicos la acogen como un don de Dios. Una vida qué tanto enriquece a la Iglesia y a la sociedad.

Damos gracias a Dios por las Órdenes y los Institutos dedicados a la contemplación o al apostolado, a los Institutos Seculares, a las Sociedades de vida apostólica, a las Órdenes de vírgenes y a las nuevas formas.
Esta celebración acontece poco después de la vivencia de la JMJ donde la vida consagrada ha participado desde su preparación hasta su desarrollo acompañando a jóvenes, colaborando en las actividades y poniendo a disposición sus recursos personales y materiales.

El Papa Benedicto XVI nos recuerda qué cada Instituto, cada carisma es una palabra evangélica qué el Espíritu Santo recuerda a la Iglesia.

La V.C. significa ir a la raíz del amor a Jesucristo con un corazón indiviso sin anteponer nada a ese amor. Esto cobra hoy una especial relevancia cuando se constata una especie de eclipse de. Dios .Frente al relativismo y mediocridad, surge la necesidad de esa radicalidad qué testimonia la consagración como una pertenencia a Dios.

La vida Consagrada es cada vez más consciente de su dimensión teológica y de su misión, así como también de su fragilidad y pobreza.
Todos estamos llamados a testimoniar el mismo Evangelio del Señor y la v.c. respondiendo a la invitación de “Ven y sígueme” dejándolo todo se queda con El.

Esta vocación tiene su origen en el propio Señor qué escogió para sí esta forma de vida: virgen, pobre y obediente. Por ello la vida Consagrada no podrá morir, nunca, en la Iglesia.

Todos nos hemos encontrado a lo largo de nuestra vida y en los distintos caminos con esos hermanos y hermanas nuestras qué han acompañado a jóvenes, a familias, enfermos, ancianos, los excluidos de la sociedad, qué han apostado por la vida qué nos han enseñado, qué nos han educado en la fe, qué han sido testimonios de la verdad, en la labor misionera. Incluso han dado la vida por sus hermanos en el martirio.

Una vez más damos las gracias por el don de la vida consagrada y pedimos al Señor qué haya muchos jóvenes qué escuchen el “Ven y Sígueme Y dejándolo todo se queden con Él”.

Encarnita Martín (Alianza en Jesús por María).

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