Pobreza Consagrada (41)
San Pablo, con toda la fuerza de su testimonio de conversión, también es un gran maestro en la vivencia radical de esta opción.
«… pues he aprendido a contentarme con lo que tengo.
Sé andar escaso y sobrado. Estoy acostumbrado a todo y en todo: a la saciedad y al hambre; a la abundancia y a la privación.
Todo lo puedo en Aquel que me conforta» (Fil 4, 11-13)