Epifanía del Señor
Una estrella guió a unos magos. Nos detenemos hoy para agradecer a tantas personas-estrellas que a lo largo de nuestra vida nos han acercado a Dios, han disipado algunas tinieblas del camino y nos han dado valentía para apostar por lo que realmente es verdadero y bello, y plenifica nuestra vida.
A Jesús se le adora cuando lo reconocemos como la única Luz de nuestra vida.
¡Seamos estrellas para todos, seamos magos para Dios!
Es el regalo que hoy necesitamos todos.