25 de junio 2013
«… Alguien dirá: ‘Padre, soy un pecador’… Pero todos lo somos. Esto se sabe. El asunto es: pecadores, seguir adelante con el Señor, seguir adelante con la promesa que nos ha hecho, con aquella promesa de fecundidad y decirle a los demás, contarle a los demás que el Señor está con nosotros, que el Señor nos ha escogido y que Él no nos deja solos, ¡nunca! La certeza del cristiano nos hará bien. Quiera el Señor darnos, a todos nosotros, este deseo de ir hacia adelante, como lo tuvo Abraham, en medio de los problemas; pero seguir adelante con la confianza de que Él es el que me llamó, que me prometió tantas cosas bellas, ¡está conmigo!».
17 de junio 2013
«La justicia que Él trae, es otra justicia totalmente diferente del ojo por ojo, diente por diente. Es otra justicia». Y esto, lo podemos entender cuando san Pablo habla de los cristianos como «gente que no tiene nada» y»sin embargo lo tiene todo». Aquí, pues, está la seguridad cristiana, y es en este «todo» que está Jesús. «El ‘todo’ es Jesucristo. Las otras cosas son ‘nada’ para el cristiano». En cambio, “para el espíritu del mundo, el ‘todo’ son las cosas: las riquezas, la vanidad, tener puestos arriba y la ‘nada’ es Jesús». Por lo tanto, si un cristiano puede caminar cien kilómetros cuando le piden avanzar solo diez, «es porque para él esto es ‘nada'», y, con paz, «puede dar la capa cuando se le pide la túnica». Esto es, entonces, el «secreto de la magnanimidad cristiana, que siempre va con la mansedumbre», es el «todo», es Jesucristo:
«Un cristiano es una persona que extiende su corazón, con esta magnanimidad, porque tiene el «todo», que es Jesucristo. Las otras cosas son la ‘nada’. Son buenos, sirven, pero en el momento de la confrontación siempre elige el ‘todo’, con esa dulzura, esa mansedumbre cristiana, que es el signo de los discípulos de Jesús: mansedumbre y magnanimidad. Y vivir así no es tan fácil, porque realmente te dan de bofetadas, ¿no?, ¡Te les dan! Y en ambas mejillas. Sin embargo, el cristiano es humilde, el cristiano es magnánimo: ensancha su corazón. Pero cuando nos encontramos con estos cristianos con el corazón encogido, que no siguen… esto no es el cristianismo: es el egoísmo disfrazado de cristianismo».
“Hermanos, tenemos un tesoro: a Jesucristo, el Salvador. La Cruz de Jesucristo, aquel tesoro del cual nos sentimos orgullosos”
13 de junio 2013
“No hablen mal el uno del otro. No se denigren, no se descalifiquen, porque después de todo estamos caminando por el mismo camino, todos vamos en ese camino que nos llevará hasta el final… Si no se va de una manera fraterna, todos terminaremos mal: el que insulta y el insultado»
No denigrar al otro
«Y no hay necesidad de ir a un psicólogo para saber que cuando se denigra al otro es porque uno mismo no puede crecer y necesita que el otro sea abajado, para sentirse alguien». Y esto es «un mecanismo feo». Jesús, ha señalado, «con toda la sencillez dice: «No hablen mal el uno del otro. No se denigren, no se descalifiquen». Y esto, porque después de todo estamos caminando por el mismo camino, todos vamos en ese camino que nos llevará hasta el final». De este modo, «si no se va de una manera fraterna, todos terminaremos mal: el que insulta y el insultado». Si uno no es capaz de dominar la lengua, se pierde, y lo demás, la agresividad natural, la que tuvo Caín con Abel, se repite a lo largo de la historia. No es que somos malos, «somos débiles y pecadores». Por eso resulta «mucho más fácil arreglar una situación con un insulto, con una calumnia, con una difamación, que solucionarla por las buenas».
«Quisiera pedir al Señor, que nos dé a todos la gracia de poner más atención a la lengua, en relación a lo que decimos de los demás. Es ‘una pequeña penitencia’, pero da buenos resultados».
«Hay veces en que uno se queda con hambre» y piensa: «¡Qué lástima que no he probado el fruto de un delicioso comentario hacia el otro, pero a la larga este hambre fructifica y hace bien». Por eso debemos pedirle al Señor esta gracia: adaptar nuestra vida»a esta nueva Ley, que es la Ley de la mansedumbre, la Ley del amor, la Ley de la paz, y por lo menos ‘podar’ un poco nuestra lengua, ‘podar’ un poco los comentarios que hacemos sobre los demás y las explosiones que nos conducen al insulto o a la ira fácil. ¡Que el Señor nos conceda a todos esta gracia!”.
11 de junio de 2013
«La predicación del evangelio nace de la gratuidad, del asombro de la salvación que viene, y aquello que me dieron de forma gratuita, tengo que darlo de forma gratuita. Y desde el inicio aquello fue así. San Pedro no tenía una cuenta bancaria, y cuando tuvo que pagar impuestos, el Señor lo envió al mar para pescar y encontrar la moneda dentro del pescado, para pagar. Felipe, cuando se encontró con el ministro de Economía de la reina Candace, no pensaba, ‘Ah, bien, hagamos una organización para sostener el evangelio…’ ¡No! Él no hizo un «negocio» con él: sino que le predicó, bautizó y se fue».
«Todo es gracia. Todo. ¿Y cuáles son las señales de cuando un apóstol vive esta gratuidad? Hay muchas, pero insisto solo en dos: en primer lugar, la pobreza. El anuncio del evangelio debe ir por el camino de la pobreza. El testimonio de esta pobreza: no tengo riquezas, mi riqueza es solamente el don que he recibido, Dios. Esta gratuidad: ¡esta es nuestra riqueza! Y esta pobreza nos salva de convertirnos en organizadores, empresarios… Se deben llevar a cabo las obras de la Iglesia, y algunas son un poco complicadas; pero con corazón de pobreza, no con corazón de inversionista o de un empresario, ¿no?»
«La Iglesia, no es una ONG: es otra cosa, más importante, y nace de esta gratuidad. Recibida y anunciada». La pobreza, «es uno de los signos de esta gratuidad». El otro signo, es la capacidad de alabanza: cuando un apóstol no vive esta gratuidad, pierde la capacidad de alabar al Señor». Alabar al Señor, de hecho, «es esencialmente gratuita, es una oración gratuita: no pedimos, solo alabamos»…
«Estas dos son las señales de que un apóstol vive esta gratuidad: la pobreza y la capacidad de alabar al Señor. Y cuando encontramos apóstoles que quieren hacer una Iglesia rica y una Iglesia sin la gratuidad de la alabanza, la Iglesia envejece, la Iglesia se convierte en una ONG, la Iglesia no tiene vida. Pidamos hoy al Señor la gracia de reconocer esta gratuidad: «Gratuitamente han recibido, dénlo gratuitamente». Reconociendo esta gratuidad, este don de Dios. Y también nosotros, ir hacia adelante en la predicación del evangelio con esta gratuidad».
10 de junio 2013
«La salvación es esto: vivir en el consuelo del Espíritu Santo, no vivir en el consuelo del espíritu del mundo. No, esa no es salvación, eso es pecado. La salvación es seguir adelante y abrir el corazón, para que llegue ese consuelo del Espíritu Santo, que es la salvación. ¿Pero no se puede negociar un poco de aquí y un poco de allá? Hacer como una ensalada de frutas, digamos, ¿no? Un poco del Espíritu Santo, un poco del espíritu del mundo… ¡No! Una cosa o la otra».
«No se puede servir a dos amos: porque o se sirve al Señor, o se sirve al espíritu del mundo». No se puede «mezclar». He aquí, pues, que cuando estamos abiertos al Espíritu del Señor, podemos entender la «nueva ley que el Señor nos trae: las Bienaventuranzas».
«Son los nuevos mandamientos. Pero si no tenemos el corazón abierto al Espíritu Santo, les parecerán una tontería. ‘Pero mire, ser pobre, ser manso, ser misericordioso no parece ser una cosa que nos lleva al éxito’. Si no tenemos el corazón abierto y si no gozamos de aquel consuelo del Espíritu Santo, que es la salvación, no se entiende esto. Esta es la ley para los que han sido salvados y han abierto su corazón a la salvación. Esta es la ley de los libres, con la libertad del Espíritu Santo».
8 de junio 2013
“La manera de devolver tanto amor es abrir el corazón y dejarse amar. Debemos pedir hoy en la misa: «Señor, yo quiero amarte, ¡pero enséñame la difícil ciencia, el difícil hábito de dejarme amar por Tí, de sentirte cercano y tierno!”
«¡La ternura! Pero si el Señor nos ama tiernamente. El Señor sabe aquella hermosa ciencia de las caricias, aquella ternura de Dios. No se ama con las palabras. Él se acerca –cercanía–, y nos da aquel amor con ternura. ¡Cercanía y ternura! Estos dos estilos del Señor que se hace cercano y da todo su amor con las cosas aún más pequeñas: con la ternura. Y este es un amor fuerte, porque la cercanía y la ternura nos hacen ver la fortaleza del amor de Dios «. VER AQUI
7 de junio 2013
VATICANO, 07 Jun. 13 / 10:56 am (ACI/EWTN Noticias).- El Papa Francisco recibió esta mañana a más de 8 mil jóvenes, alumnos y exalumnos de los colegios jesuitas de Italia y Albania, a quienes alentó y exhortó a ser magnánimos, a vivir intensamente la libertad y el servicio. También les recordó que «con el Señor todo se puede». El Santo Padre tenía preparado un discurso de 5 páginas que decidió no leer para responder a las preguntas de los presentes en el Aula Pablo VI lo que generó un mayor ambiente de fiesta y cercanía con el Pontífice.
En medio de un ambiente familiar y de especial alegría entre los miles de niños y muchachos presentes, uno de ellos cuestionó al Papa sobre la decisión de dejarlo por todo para seguir a Cristo en la vocación.
El Papa dijo que «hay dificultades. Pero es bello seguir a Jesús, ir en su camino, que puedas tener balance e irse hacia adelante. Luego llegan momentos más bellos pero nadie debe pensar que en la vida no habrán dificultades. Yo también quisiera hacer una pregunta: ¿cómo piensan avanzar ante las dificultades? ¡No es fácil! pero debemos avanzar con fuerza y confianza en el Señor: con el Señor todo se puede».
Francisco dijo a los jóvenes que «la crisis en este momento que vivimos es una crisis de las personas» porque «hoy no cuentan las personas» sino que «cuentan los bienes, el dinero» y por eso es necesario «liberarnos de estas estructuras económicas y sociales que nos esclavizan».
A la pregunta de uno de los alumnos sobre cómo vivir la vida cristiana con fidelidad, el Santo Padre dijo que «caminar es un arte porque si siempre vamos deprisa nos cansamos y no llegamos al final del camino. Y en cambio, si nos paramos, no andamos y tampoco llegamos a la meta. Caminar es el arte de mirar al horizonte, pensar adonde queremos ir pero aguantar también el cansancio del camino, que a veces es difícil… Hay días oscuros, días de fracaso, también alguna que otra caída.. Uno se cae….Pero pensad siempre esto: «No tengáis miedo de los fracasos, ni de las caídas».
«En el arte de andar lo que importa no es caer, sino quedarse en el suelo. Hay que levantarse, enseguida, y seguir andando. Esto es hermoso: este trabajar todos los días; esto es caminar de forma humana. Pero caminar solos es desagradable y aburrido. Caminar en comunidad, con los amigos, con los que nos quieren… Eso nos ayuda a llegar al final, adonde queremos llegar».
Una joven ha preguntado al Pontífice si seguía viendo a sus amigos. «Yo soy Papa desde hace dos meses y medio -ha respondido- y mis amigos están a 14 horas de avión; están lejos. Pero tres ya han venido a verme y a saludarme, y yo les escribo, me escriben y les quiero mucho. No se puede vivir sin amigos»
Otro le ha preguntado si quería ser Papa. «Pero ¿tú sabes que significa que una persona no se quiera mucho? – ha contestado- «Una persona que quiera ser Papa no se quiere mucho. No, en realidad yo no quería ser Papa».
Después una niña de nombre Sofía preguntó al Pontífice por qué no vivía en el Palacio Apostólico y había preferido estar en la Casa Santa Marta. ¿Es una renuncia a la riqueza? «Creo que no se trata sólo de algo que tenga que ver con la riqueza -ha contestado- Para mí es una cuestión de personalidad. Yo necesito vivir en medio de la gente y si viviera solo, aislado, no me haría bien».
«Esta pregunta me la hizo ya un profesor: ‘¿Por qué no va Usted a vivir allí?’ Y yo le contesté: ‘Mire, profesor, por cuestiones psiquiátricas, eh?’… Porque es mi personalidad. También el apartamento, ese no es tan lujoso.. Pero no puedo vivir solo ¿me entiendes?»
Francisco dijo luego que «además creo que los tiempos nos dicen que hay tanta pobreza en el mundo y esto es un escándalo. La pobreza del mundo es un escándalo. En un mundo donde hay tantas riquezas, tantos recursos para dar de comer a todos, es imposible pensar que haya tantos niños que pasan hambre, tantos niños sin educación, tantos pobres. La pobreza hoy es un grito».
«Todos tenemos que pensar en volvernos un poco más pobres: todos tendríamos que hacerlo. Habría que preguntarse: ¿Cómo puedo yo hacerme un poco más pobre para parecerme más a Jesús que era el Maestro pobre?… No, en mi caso, no es un problema de virtud personal mía, es que no puedo vivir solo» y el tema del coche depende del hecho de «no tener tantas cosas y volverse un poco más pobre».
«¿Cómo convivir con la pobreza en el mundo?» ha sido otra de las preguntas: «Antes de nada quiero deciros, a todos vosotros, los jóvenes: ¡No os dejéis robar la esperanza! Y ¿quien os roba la esperanza? El espíritu del mundo, las riquezas, el espíritu de la vanidad, la soberbia, el orgullo… todo esto te roba la esperanza ¿Donde encuentro la esperanza? En Jesús pobre… Jesús que se hizo pobre por nosotros…. La pobreza nos llama a sembrar esperanza. Parece difícil de entender».
El Papa ha recordado al respecto la carta que el Padre Arrupe, Prepósito General de la Compañía de Jesús hace ya varios años, escribió a los Centros de investigación social de la Compañía: «Hablaba sobre cómo hay que abordar la cuestión social. Y, al final, nos decía: ‘Mirad, no se puede hablar de pobreza sin tener experiencia directa con los pobres’. ‘No se puede hablar de pobreza abstracta: no existe. La pobreza es la carne de Jesús pobre: en el niño que tiene hambre, en el enfermo, en esas estructuras sociales injustas’»
«Id y ver allí la carne de Jesús.. Pero no os dejéis que el bienestar, el espíritu del bienestar os robe la esperanza porque al final uno se convierte en nada en la vida. Los jóvenes tienen que apostar por altos ideales: este es el consejo. Pero la esperanza ¿donde la encuentro? En la carne de Jesús que sufre y en la pobreza verdadera».
Para leer el discurso que el Papa tenía preparado, ingrese a: [http://www.aciprensa.com/noticias/texto-completo-discurso-del-papa-que-prefirio-no-leer-para-responder-a-preguntas-de-alumnos-jesuitas-94255/
>http://www.aciprensa.com/noticias/texto-completo-discurso-del-papa-que-prefirio-no-leer-para-responder-a-preguntas-de-alumnos-jesuitas-94255/#.UbJChuDNeu4]
6 de junio 2013
“Podemos preguntarle ahora a Jesús: ‘Señor, tú que eres tan bueno, enséñame el camino para estar cada día menos lejos del Reino de Dios, aquella manera para ahuyentar todos los ídolos’”
«no basta decir: ‘Pero yo creo en Dios, Dios es el único Dios’. Está bien, pero ¿cómo vives este camino de vida? Porque podemos decir: ‘El Señor es el único Dios, solamente, no hay otro’, pero a la vez vivir como si Él no fuera el único Dios y tener otras deidades a nuestra disposición… Es el peligro de la idolatría: la idolatría que llega a nosotros con el espíritu del mundo. Y Jesús, en esto, era claro: el espíritu del mundo, no. Y en la última Cena Jesús pide al Padre que nos defienda del espíritu del mundo, porque el espíritu del mundo nos lleva a la idolatría».
«La idolatría, es sutil, todos nosotros tenemos nuestros ídolos ocultos y el camino de la vida para llegar, para no estar lejos del Reino de Dios, implica descubrir los ídolos ocultos». Un comportamiento que ya se encuentra en la Biblia, se lee en el episodio en el que Raquel, mujer de Jacob, finge no tener consigo ídolos, los cuales ha llevado de la casa de su padre y los ha escondido detrás de su caballo. También nosotros, «lo hemos escondido en un caballo, nuestro… Pero tenemos que buscarle y debemos destruirlo», porque la única manera de seguir a Dios es la de un amor basado en la «lealtad».
Ahuyentar los ídolos
«Y la lealtad nos pide que ahuyentemos los ídolos, descubrirlos: están ocultos en nuestra personalidad, en nuestra forma de vida. Pero estos ídolos ocultos hacen que no seamos fieles en el amor. El apóstol Santiago, cuando dice: ‘Quien es amigo del mundo, es enemigo de Dios’, comienza diciendo: ‘¡Ustedes adúlteros!’. Nos reprocha, pero con el adjetivo: ¡adúlteros! ¿Por qué? Porque quien es «amigo» del mundo es un idólatra, ¡no es fiel al amor de Dios! El camino para no estar lejos, para avanzar en el Reino de Dios, es un camino de lealtad que se asemeja a la del amor conyugal».
Mientras que «con las pequeñas idolatrías que tenemos», ¿cómo es posible ser fiel «a un amor tan grande?». Para ello, es necesario confiar en Cristo, que es «fidelidad plena» y que «nos ama tanto».
«Podemos preguntarle ahora a Jesús: ‘Señor, tú que eres tan bueno, enséñame el camino para estar cada día menos lejos del Reino de Dios, aquella manera para ahuyentar todos los ídolos’. Es difícil, pero tenemos que empezar… Los ídolos ocultos en los muchos caballos que tenemos en nuestra personalidad, en nuestra forma de vida: mandar lejos el ídolo de lo mundano, que nos lleva a convertirnos en enemigos de Dios. Pidamos esta gracia en Jesús, hoy.»
5 de junio 2013
«Y quejarse ante Dios no es un pecado. Un presbítero que conozco le dijo una vez a una mujer que se quejaba ante Dios por su calamidad: ‘Pero señora, aquella es una forma de oración. Siga adelante’. El Señor oye, escucha nuestros lamentos. Pensemos en los grandes, en Job, cuando en el capítulo III (dice): ‘Maldito sea el día en que vine al mundo’. Y Jeremías, en el capítulo XX (se lee): ‘Maldito el día …’. Se quejan incluso con una maldición, no al Señor, sino a esa situación, ¿verdad? Esto es humano».
“Pensemos bien hoy: ¿Cuál es nuestro lenguaje? ¿Hablamos con verdad, con amor, o hablamos un poco con el lenguaje social del ser corteses, incluso para decir cosas buenas, pero que no sentimos? ¡Hermanos, que nuestro hablar sea evangélico!”
Audiencia 5 junio
Durante la audiencia general el Papa reflexionó sobre la Jornada Mundial del Medio Ambiente e invitó a «contrarrestar el desperdicio de alimentos».
4 junio 2013