23 maneras de amar 14 febrero

14 Feb, 2014 | Oración y reflexión

A todas mis Valentinas y Valentinos

Cuando a la gente se le habla de que «hay que amarse los unos a los otros» son muchos los que se te quedan mirando y te preguntan: «Y amar, ¿qué es? Justamente hoy, en esta fecha – que muchos ven manipulada, porque quieren – os adjunto una pequeña lista de 23 maneras pequeñas de amar. Es una serie de pequeños gestos de amor, de esos que seguramente no cambian el mundo, pero que, por un lado, lo hacen más vividero y, por otro, ensanchan o estiran el corazón de quien los hace.
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* Aprenderse los nombres de las personas que trabajan con nosotros o de las que nos cruzamos en el ascensor y tratarles luego por su nombre.
* Pensar, por principio, bien de todo el mundo.
* Tener la manía de hacer el bien, sobre todo a los que no se lo merecerían teóricamente.
* Sonreír. Sonreír a todas horas. Con ganas o sin ellas.
* Multiplicar el saludo, incluso a los semi-conocidos.
* Visitar a los enfermos, sobre todo si son crónicos.
* Prestar libros aunque te pierdan alguno y devolverlos tú.
* Hacer favores. Y concederlos antes de que terminen de pedírtelos.
* Olvidar las ofensas. Y sonreír especialmente a los ofensores.
* Aguantar a los pesados. No poner cara de vinagre escuchándolos.
* Tratar con antipáticos. Conversar con los sordos sin ponerte nervioso.
* Contestar, si te es posible, a todas las cartas.
* Entretener a los viejos. No engañarles como chiquillos, pero subrayar todo lo positivo que encuentres en ellos.
* Recordar las fechas de los santos y cumpleaños de los conocidos y amigos.
* Hacer regalos muy pequeños, que demuestran el cariño pero no crean obligación de ser compensados con otro regalo.
* Acudir puntualmente a las citas, aunque tengas que esperar tú.
* Contarle a la gente las cosas buenas que alguien ha dicho de ellos.
* Dar buenas noticias.
* No contradecir por sistema a todos los que hablan con nosotros.
* Exponer nuestras razones en las discusiones, pero sin tratar de aplastar.
* Mandar con tono suave. No gritar nunca.
* Corregir de modo que se note que te duele el hacerlo.

Seguro que podéis cada uno de vosotros añadir mil y un detalles de amor. Estos os pueden ayudar a caer en la cuenta de los que vivís a diario, y que por no llegar al grado de plenitud que esperamos, no son valorados socialmente. Pero practicarlos marca la diferencia entre unas personas y otras. Entre unos amigos y otros. Entre los que son recordados y queridos y los que “están sin más”.

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