Dios te salve, María Inmaculada
de la gracia de Dios favorecida,
de los amores, Madre, Madre querida.
Tu protección nos guarde de noche y día.
¡Cuan bella te hizo Dios, Virgen Hermosa!
La niña del Cantar de los Cantares,
del templo del amor, la casta esposa,
Tú, Madre nuestra de los amores.
Manantial de cariño y de poesía,
mi consuelo, mi amor, mi único anhelo.
Yo quiero para amarte, Madre mía
un corazón mayor, que este es pequeño.