El Alba nos convoca hoy a disfrutar de un Nuevo Amanecer.
Se asomaba el día, cuando las mujeres se dirigían al sepulcro con los más sentidos y preciados perfumes. La mañana estaba en calma, y se oían los ecos del silencio: ¡El Amor nunca muere. Siempre está vivo, y conmigo viene! Allí, en la tumba, se iluminó una certeza, se experimentó una Presencia: Jesús ya no está en el sepulcro de piedra. Se encuentra en los Templos Vivientes, en la buena gente, en las manos honradas, en la paz y la alegría, en la justicia y lealtad, en los nombres que amamos, en los ojos que nos aman.
Contemplemos por unos instantes la naturaleza. Observemos sus brotes. Es Domingo de Luna llena de PRIMAVERA. Es el Paso de Dios.
Las flores se abren a la vida, los árboles se cubren de hojas, los campos nos regalan su armonía. ¡Despertemos a la vida! Somos la Primavera del Espíritu que nos hace cantar Himnos de gozo y alegría.
La Pascuade las Flores. Todo es perfume y Belleza. Flor y espiga, pan caliente y vino generoso, sol y brazos abiertos. Estrellas del Sol Resucitado que iluminan la noche oscura de nuestro mundo.
Disfrutemos cada día de vida nueva. Estrenemos vida a cada instante.
Esta esla Hora y el mejor Momento. Recuperemos la risa, persigamos nuestros sueños. Celebremos la vida que viene de los cielos. Todo está Cristificado.
Vivamos la Bendición de ser Familia, Comunidad. Somos Bendición unos para otros. Por ser amigos/as, por ser hermanos/as, por tener casa y familia, por los niños/as que sonríen, jóvenes que buscan, padres y madres que cuidan. Por las personas que llevamos en el corazón. Por la Bondad Divina que nos habita.
Por todo, te damos gracias Señor. Y cuenta con nosotros/as, para que pueda brotar la primavera espiritual en nuestro mundo.
En nombre de las mujeres del Evangelio, en nombre de las mujeres de la tierra, y desde la Galilea de nuestros días, resucitemos hoy las palabras proféticas de Pablo VI en la Clausura del Concilio Vaticano II:
Ha llegado la Hora de la Mujer: Resucitada y Resucitadora. Narremos con ella el Quinto Evangelio, el que nos toca narrar con la vida, a ti y a mí, desde lo más sencillo y cotidiano de nuestro diario vivir.