*Bienaventuranzas de Cuaresma*
Felices quienes recorren el camino cuaresmal con una sonrisa en el rostro.
Felices quienes durante el tiempo de Cuaresma,
y en su vida diaria, practican el ayuno del consumismo, de las críticas….
Felices quienes intentan en la cotidianidad ir suavizando su corazón de piedra,
para dar paso a la sensibilidad.
Felices quienes creen que el perdón, es uno de los ejes centrales en la puesta en práctica del Evangelio de Jesús.
Felices quienes recuerdan la promesa de su buen Padre y Madre Dios,
quienes renuevan a cada momento su alianza de cercanía
Felices quienes cierran la puerta a los agoreros, a la tristeza y abren todas las ventanas de su casa al sol de la ilusión.
Felices quienes emplean sus manos, su mente,
sus pies en el servicio gozoso de los demás,
quienes más allá de todas las crisis, mantienen,
ofrecen y practican la esperanza de la resurrección a todos los desvalidos, marginados y oprimidos del mundo.
Entonces sí que habrá brotado la flor de la Pascua al final de un gozoso sendero cuaresmal.
Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres. Que vuestra mesura sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. Nada os preocupe, sino que, en todo ocasión, en la oración y en la súplica, con acción de gracias, vuestras peticiones sean presentadas a Dios. Y la paz de Dios que supera todo juicio, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Finalmente, hermanos, todo lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable, laudable, todo lo que es virtud o mérito, tenedlo en cuenta. Lo que aprendisteis, recibisteis, oísteis, visteis en mí, ponedlo por obra. Y el Dios de la paz estará con vosotros. (Flp 4,4-9)
Señor, gracias por este día, segura estoy de que en este momento me escuchas y sabes lo que necesito; me conoces y no eres ajeno a lo que estoy viviendo.
Te entrego mi vida, mis penas y mis alegrías, las dejo en tus manos y espero en Ti siempre lo mejor.
Señor, vivimos en un mundo demasiado preocupado por las cosas que no son importantes y que convirtió lo efímero en fundamental, por eso ahora, deseo pedirte que toques nuestro corazón para que nos ocupemos de lo verdaderamente importante y para eso, necesitamos de Ti y de tu Amor.
Ante un mundo desencantado, frágil y lleno de tristezas, la alegría de tu Palabra nos dice que es posible vivir bien.
Gracias Señor, porque me fortaleces y permites que con la maravillosa obra del Espíritu Santo salga restablecida de todo dolor y de todo problema.
Gracias por tu amor y tu paz que me regalas en medio de este mundo golpeado, lleno de malos entendidos.
Tu amor hace que busque verdaderas soluciones y por eso te doy gracias.
Señor, que pueda descubrir que teniéndote a Ti, necesito de muy poco para ser feliz, arropa mi corazón con tu misericordia y llena de paz mi alma.
Jesús misericordioso en ti confío. AMEN
