Resonancias del Evangelio
En el amor no cabe la improvisación, ni la demora.
Éstos son los defectos que pone de manifiesto el Evangelio de hoy.
O vivimos «velando» y «vigilando». o nos dormimos.
Entonces la vida deja de ser una fiesta, y se convierte en siesta; dejamos de vivir, perdemos la ilusión, la pasión, y nos quedamos siendo los «pasivos» de la propia historia.
¡Dios soñó algo grande para cada uno de nosotros…, vamos a vivir en «tensión de futuro»! ¡y despiertos!
La Iglesia diocesana pone en marcha esta Campaña para reforzar ese sentimiento de pertenencia de los creyentes y para “tocar” su corazón, también el de aquellos que, por distintas circunstancias de la vida, se han alejado de la práctica religiosa. Porque la celebración y la vivencia de la fe son un motivo de alegría en un mundo sediento de esperanza. También es una oportunidad para reconocer y agradecer todo el bien que hace la Iglesia.