Confianza, como la semilla en la tierra, y la vida hará el resto.
«La parábola de los talentos nos reclama a una responsabilidad personal y a una fidelidad que se convierte también en capacidad de caminar continuamente sobre caminos nuevos, sin «enterrar el talento», es decir, los dones que Dios nos ha confiado»
(Papa Francisco. 2017)