Dos justicias diferentes: la de las piedras y la de la arena. La de las piedras hace daño, golpea, no pregunta, juzga, pone enfrente y separa, es la de la norma, la del cumplimiento, la de las apariencias. Existe también la de la arena, donde Jesús escribe, la de ponerse al lado, a la altura del pecador, del que sufre, del que está cansado, del que le pesa la vida, la del que pregunta.
Aquí la persona es lo primero, a quien hay que cuidar. Jesús utiliza con la mujer la segunda, escribe en la arena porque se puede borrar pasando la mano, soplando… mirando a los ojos, y dando una nueva oportunidad, hoy ahora y siempre. ‘Anda y en adelante no peques más’ Palabras de cuaresma para hoy: ‘Me das otra oportunidad’