El significado de la palabra madre

El texto que sigue a continuación es la tarea de una adolescente de catorce años de la Aldea Infantil SOS Tbilisi/Georgia sobre el tema «El significado de la palabra madre» escrito para la celebración del Día de la Madre.

«A menudo escucho la frase: ‘la niñez es la etapa más feliz de la vida de una persona’. Tal vez sea cierta, pero para los demás. No para mí. Para mí, la niñez significó un sufrimiento constante. Sentía un gran peso encima de mi pecho que no me dejaba respirar. Odié cada minuto de ella. Pero sabía que me aguardaba algo mejor aunque estuviera en un futuro muy lejano.

Conservo un recuerdo borroso de mi madre biológica. Ella se marchó cuando mi hermano menor acababa de nacer. En mi cabeza ella es una silueta oscura contra el umbral de la puerta. Mi papá no pudo lidiar con tres niños pequeños. Él padecía de una incapacidad física severa y necesitaba de ayuda constante con las tareas de la casa. Por un tiempo, nuestra abuela nos cuidó, pero ella estaba muy mayor para atendernos a los tres. Cuando todas las opciones se agotaron, mi padre finalmente aceptó enviarnos a un orfanato.

Odiaba ese lugar. Era un edificio húmedo y frío con paredes sucias y cuartos grandes con camas. ¡Todo allí era tan amplio y distante! La gente iba y venía. Nunca traté de recordar los rostros.

Un día nos informaron a los tres que iríamos a la Aldea Infantil SOS de Tbilisi. Yo dije que no iría. ¿Qué más sería este lugar sino otro peor? Ciertamente, las cosas no habían mejorado para nosotros en el pasado. Mis hermanos se mantuvieron en silencio. El mayor era golpeado con frecuencia por otros niños. Él me miró y dijo que iría a cualquier lugar mientras nadie lo golpeara. Entonces acepté.

Nunca olvidaré mi primer día. Llegamos con ropas haraposas, la cara sucia y el cabello despeinado. Cuando nos bajamos del auto, observamos a los niños corriendo, jugando, riendo, hablando, cantando, gritando, divirtiéndose. Cuando pasamos todos nos dijeron ‘hola’.

Nos llevaron a una de las casas. Una señora con el cabello corto abrió la puerta. Dentro, olía a comida. Mi estómago rugió. Entramos y había otros tres niños. Nos dieron la bienvenida y nos cantaron una canción. Sonrieron y nos invitaron a comer.

Uno de ellos llamó a la señora ‘mamá’. Sentí celos. Mi madre me había abandonado desde antes de que yo aprendiera a decir esa palabra. Nunca había llamado a nadie ‘mamá’. El hombre que nos había traído dijo que debía irse. Explicó que regresaría luego a visitarnos y nos deseó buena suerte con nuestro nuevo hogar y nuestra nueva familia.

Me quedé atónita. ‘¿Nueva familia?’ pensé. ¿Se supone que esta mujer y estos niños son mi nueva familia? Pero, ¿cómo? La señora nos dijo su nombre y nos indicó que podríamos llamarla así si queríamos. Mi hermano mayor preguntó como la llamaban los otros y todos gritaron ‘mamá’. Él afirmó que así también la llamaría. Mi hermano menor dijo que igualmente lo haría. Yo guardé silencio. Comimos, nos duchamos, escogimos nuestra habitación y nos fuimos a comprar ropa nueva.

Cuando me fui a dormir esa noche, la señora me dio las buenas noches. Le pregunté si la podía llamar mamá. Ella dijo que solo si yo así lo deseaba. Afirmó que ella estaba ahí para cuidarnos, asegurarse que estábamos a salvo, que gozábamos de buena salud y que nos habíamos cepillado los dientes…, que éramos queridos. Acarició mi cabello y me dio un beso de buenas noches. En ese momento, sentí sueño. Mientras me quedaba dormida me escuché decir: ‘buenas noches, mamá’.

Desde este momento, empecé a aprender el significado de la palabra madre. Madre significa seguridad, calor de una familia, madre significa estabilidad, madre significa ternura, madre significa una comida caliente, el regañar por el jarrón que hemos roto, madre es aquella sonrisa cuando tengo buenas notas, madre es saber todos nuestros secretos, madre es el ceño fruncido por preocupación, madre significa cariño, madre significa amor. Madre es aquella mano cariñosa que acaricia mi cabello y el beso tierno de buenas noches. Madre es la palabra más hermosa del mundo y me encanta decirla».

La autora dedicó el texto a su madre SOS Tamar de la Aldea Infantil SOS de Tbilisi.