»La Pascua es la ocasión para los cristianos de celebrar el triunfo definitivo del amor sobre la muerte, con ocasión de la resurrección de Jesús.
Y para todos nosotros es una ocasión de reflexionar sobre el papel del cristianismo en la vida de nuestra nación.
La Iglesia no es una colección de edificios antiguos de gran belleza; es una fuerza viva y activa que realiza obras admirables a lo largo y ancho de nuestro país: cuando la gente carece de hogar, allí está la Iglesia proporcionando alimentos calientes y cobijo; cuando la gente es aplastada por la adicción o está desahuciada, cuando la gente sufre o está desolada, ahí está la Iglesia.
Personalmente he experimentado en los momentos más difíciles de mi vida el gran consuelo que representa la misericordia de la Iglesia; en toda Gran Bretaña la Iglesia no solamente predica “ama a tu prójimo”, sino que lo vive constantemente en los centros de fe, las cárceles, en las asociaciones ciudadanas. Y es por todas estas razones por las cuales debemos sentirnos orgullosos de proclamar que este país es un país cristiano.
Así es: somos una nación que abraza, recibe y acepta todas las fes y también la falta de fe, pero somos aun así un país cristiano. Y esa es la razón por la cual el gobierno que yo dirijo ha realizado algunas acciones importantes: desde invertir decenas de millones de libras para el mantenimiento de iglesias y catedrales hasta aprobar leyes que reafirman el derecho de los consistorios municipales a recitar oraciones en sus ayuntamientos.
Y como país cristiano nuestra responsabilidad no termina aquí: tenemos el deber de levantar nuestras voces contra la persecución de los cristianos en el mundo.
Es realmente dramático el hecho que en 2015 todavía hay cristianos amenazados, torturados e incluso asesinados por causa de su fe, desde Egipto a Nigeria, de Libia a Corea del Norte. En Oriente Medio, los cristianos se han visto asediados hasta ser expulsados de sus hogares, forzados a huir de una población a otra, verse forzados a renunciar a su fe o asesinados brutalmente.
A todos los cristianos en Irak o en Siria que practican su fe o que dan cobijo a otros debemos decirles: “Estamos a vuestro lado”. Este gobierno ha convertido estas palabras en obras, bien haciendo llegar ayuda humanitaria a todos aquellos abandonados en el Monte Sinjar, bien aportando fondos a los grupos de reconciliación de base en Irak. Y en los meses venideros deberemos continuar hablando con una sola voz en defensa de la libertad de fe.
Así, en este tiempo de Pascua deberíamos tener en nuestro pensamiento a todos esos cristianos en países distintos al nuestro que se enfrentan a la persecución, y a la vez agradecer a todos los cristianos que marcan una diferencia aquí en nuestro hogar. Y con esto, quiero desearos a todos vosotros y a vuestras familias, una muy Buena Pascua”.