Yo he soñado muchas cosas, para ti, Madre mía y, a pesar de mi buen deseo, en sueños han quedado.
Una cosa soñé, y soñando, soñando, mi fantasía y el amor que te tengo me llevaron muy lejos. Soñé en jardines de encantadora belleza, soñé en fragancias y aromas de nuevos paraísos, soñé en auroras de luces que no eran de este mundo, soñé en soles cuya claridad superara a la de todos los astros del firmamento…hasta llegué a soñar en un cielo traído a la tierra, para convertir la tierra en un cielo para ti…
A. Amundarain (1932)