Gota cristalina que cayó en la tierra

26 Abr, 2020 | Recordando a D. Antonio

Llueve en el Elduaien (Guipúzcoa) 26 abril 1885,
una gota cristalina cae en la tierra para
RECORDARNOS LA BELLEZA DE DIOS.

 

“El niño Antonio fue recibido con alegría por toda la familia, por sus padres y hermanos y particularmente por su andra Teresa, su madre, que rodeó con todo su cariño a ese niño que nació un tanto débil y por eso más necesitado de la atención materna”
(ANTONIO AMUNDARAIN. DESAFÍO Y ESPERANZA, José Antonio Sobrino)

NOSOTRAS TAMBIÉN HOY BRINDAMOS CON ALEGRÍA, SÍ:

ALEGRÍA, por la semilla que desde ese día, fue creciendo en lo escondido del caserío, del valle, en el verdor del País Vasco…

ALEGRÍA, por la gracia de su Bautismo, al día siguiente de nacer, en la Parroquia de Santa Catalina…

ALEGRÍA, por ver en él un futuro sacerdote de fe iluminada, vivida, que hará creíble a Dios en medio del mundo…

ALEGRÍA, por ver en él un futuro buscador de perlas preciosas, y ver cómo intuye y encuentra la perla de la VIRGINIDAD…

ALEGRÍA, porque desde la humildad de Fundador, la mostró, la veneró y propagó como un gran tesoro que refleja la BELLEZA DE DIOS…

ALEGRÍA, porque hoy celebramos 135 años de su “regalo” en nuestra tierra, en nuestra vida, en nuestro mundo, en nuestra Iglesia…

ALEGRÍA, que nos hace brindar por la pureza, por la vida, por todo corazón que vibre sensible y camine por los senderos de la verdad…

ALEGRÍA, por la entrega, por los pies que recorrieron y continúan por el sendero que él sencillamente describió:

Señor, nos quieres limpios, transparentes, sin dobleces ni tapujos… con rectitud de intención, con elevación de miras…” (2JE46, 188)

Que todos lo sepan que la castidad virginal es tan bella, tan encantadora, tan limpia… entre todas las virtudes, que ni el entendimiento humano puede descubrir sus perfecciones” (L27, XI-XII,93)

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