III Domingo de Adviento
Domingo Gaudete
Adviento es el tiempo de la alegría por excelencia, esperamos lo más grande acompañado a María en éste final de su embarazo que nos inunda aún más de gozo.
«María, que supo descubrir la novedad que Jesús traía, cantaba: «Se alegra mi
espíritu en Dios, mi salvador» (Lc 1,47) y el mismo Jesús «se llenó de alegría en el
Espíritu Santo» (Lc 10,21). Cuando él pasaba, «toda la gente se alegraba» (Lc 13,17).
Después de su resurrección, donde llegaban los discípulos había una gran alegría (cf.
Hch 8,8). A nosotros, Jesús nos da una seguridad: «Estaréis tristes, pero vuestra tristeza
se convertirá en alegría. […] Volveré a veros, y se alegrará vuestro corazón, y nadie os
quitará vuestra alegría» (Jn 16,20.22). «Os he hablado de esto para que mi alegría esté
en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud» (Jn 15,11)»
(Gaudete et Exsultate, n. 124)