III Domingo de Adviento
DOMINGO GAUDETE
A pesar de que algunos siguen pasando por circunstancias dolorosas, una sonrisa no ofende, sino que consuela.
«Una característica inconfundible de la alegría cristiana es que puede convivir con el sufrimiento, porque está totalmente basada en el amor. En efecto, el Señor, que «está cerca» de nosotros hasta el punto de hacerse hombre, viene a infundirnos su alegría, la alegría de amar. Sólo así se comprende la serena alegría de los mártires incluso en medio de las pruebas, o la sonrisa de los santos de la caridad en presencia de quienes sufren: una sonrisa que no ofende, sino que consuela».
(San Juan Pablo II)