IV DOMINGO DE ADVIENTO
La Virgen nos sale al encuentro este domingo, con su pureza, con todo lo que irradia su «estar llena del Espíritu«.
Saltó de alegría Juan en el vientre de su madre, porque el Espíritu se traspasó de Madre a madre.
Estemos así, abiertos al Espíritu para que nuestras entrañas salten, dancen y entonen… las grandezas del Señor.