Jóvenes digitalmente sanos

15 Jun, 2018 | Autoformación, Comunicación Social RRSS

JOVENES DIGITALMENTE SANOS

La relación entre los jóvenes y el mundo digital me preocupa desde hace años. He seguido de forma continuada en los últimos diez años casi todas las publicaciones y estudios al respecto, tanto formales como informales. A pesar de mis esfuerzos, sigo viendo cómo se hace énfasis reiteradamente en lo negativo y problemático, y cómo se hace noticia de lo más degradante. Pero concluyo que son jóvenes digitalmente sanos.
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Tengo la sensación de que en estas, como en tantas otras cuestiones, terminamos arrojando sobre los más jóvenes los problemas sociales, políticos o económicos de los adultos. Negándoles por tanto una nueva oportunidad.

Sólo hace falta repasar los usos más frecuentes de la red y las redes, y cómo establecen sus relaciones en la mayor parte de los casos. Si creemos que Internet no tiene peligros, nos equivocamos. La calle y la escuela también tiene sus riesgos y, sin embargo, no condenamos el mundo en general. Nuestra actitud no hace más que condenar sus posibilidades y cerrarles puertas, para remarcar continuamente lo peor de la red. En el fondo, tantas críticas y comentarios gratuitos ciegan y niegan caminos abiertos.

Estos son los 7 usos más importantes en jóvenes digitalmente sanos. Los peligros existen, pero quizá no sea el motivo en el que se deba insistir tanto. Ojalá este post ayude a jóvenes, a padres y familias, a educadores, a la sociedad en general a mirar de otra manera.

Uso relacional, especialmente con amigos. Uso principal, que aparece en todos los estudios y al que se da muy poca importancia. Refleja su mundo, que no es el mismo que vivimos los que crecimos en un entorno sin móviles. Sus relaciones son continuas y constantes, no superficiales. En este nuevo espacio se dirimen sus grandes problemas de identidad y se buscan seguridades y apoyos.

Uso lúdico muy destacado. Llena su tiempo libre, sus momentos de ocio y sirve de diversión continua. Esto incluye los videojuegos y las series pero también entra dentro del espacio de redes sociales y del trato con otras personas. El intercambio y la creación de comunidades, cada vez más abiertas y con pertenencias menos exigentes, es prueba de ello. Internet llena un vacío que contrarresta el aburrimiento de un mundo que perciben como rutinario, repetitivo y poco creativo.

Uso informativo. Las noticias les llegan por internet y las redes sociales, y participan activamente en ellas. Mucho antes que por las familias y por su entorno más cercano. Saben lo que sucede en el mundo aún siendo incapaces de responder a lo que ocurre. De ahí que, dado que las noticias más llamativas reflejan lo peor de la humanidad en muchos casos, su sentimiento sea de pesimismo. No son capaces de comprender el fundamento, las razones que subyacen a todo esto. Se encuentran infoxicados y lo reconocen.

Uso educativo. Mucho más de lo que parece y aparece en los estudios. Internet es su recurso primero ante cualquier duda, también escolar o académica. Son muchos más los jóvenes que tienen acceso a internet como fuente de formación que los que hace pocos años tenían a su disposición y consultaban una enciclopedia. El problema de la actitud crítica ante la información no es sólo suya. Las fake news han saltado al primer plano del debate sobre lo público por su impacto en las opiniones de “los adultos”. Se conoce que fue la generación anterior a internet la que no fue educada en el pensamiento crítico.

Uso por intereses personales. La inmensa mayoría de los jóvenes toma partido en internet según sus intereses personales, que son de lo más variado y no siempre tan superficial como se juzga. Junto a la visualización de vídeos en YouTube por pura distracción crece la demanda de canales de difusión y divulgación científica o de libros. Lo cual concuerda perfectamente con la idea de que el mundo de internet es el mundo de los jóvenes y sus intereses más directos.

Uso en búsqueda de la propia identidad. Sigo insistiendo en esto, porque en los estudios aparece muy, muy poco o nada. Los jóvenes buscan quiénes son (y quiénes se espera que sea, más que aquello que deben ser) en las redes sociales. La identidad personal (búsqueda legítima) hoy se desarrolla en internet, en redes como Instagram a través de selfies, fotos de grupo, imágenes de aquí o de allá en búsqueda de algo más que corazones y likes. Detrás de todo esto, que nos puede parecer parafernalia, aguarda una persona que desea un comentario y una respuesta.

Uso como vínculo y pertenencia. Nadie quiere pertenecer a un grupo para desvanecerse y desaparecer en él. Late, en el fondo, la necesidad de ser hecho parte de algo más grande y, al mismo tiempo, conservar y ser reconocido en la propia singularidad. Se reduce frecuentemente a la “utilidad” dentro de la comunidad, cuando se trata sinceramente de afecto y reconocimiento. Los jóvenes también se manejan en estas claves, las de siempre. Y la red canaliza hoy pertenencias y vínculos. Nada de debilidad, nada de light. La red es capaz de configurar por entero la vida de una persona y proyectarla en el futuro de su propia historia.

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