La fiesta de Cristo Rey
De año en año ha de ir aumentándose … el entusiasmo por la celebridad de esta hermosa fiesta de Nuestro Señor Jesucristo.
Ahora que la impiedad, más que nunca, trata de achicar la figura de Jesús, considerándole como un Rey frustrado, es preciso proclamar con energía su realeza divina y su absoluto dominio sobre la creación, sobre las conciencias y sobre los corazones, sobre el pensamiento del hombre y sobre todas sus acciones. Porque Él es Dios, Creador, Señor, Dueño absoluto de cuanto existe, y porque Él, con el sacrificio de su vida, con el precio de su sangre, ha conquistado el mundo.
Y, pese a sus eternos rivales, que no es Rey frustrado; porque si bien ahora muchos no se quieren reconocer por vasallos suyos… día vendrá, y pronto será, en que todos, hasta sus más feroces enemigos, serán puestos bajo el imperio de su infinito poder. Quien no quiera reconocerle Rey de amor, tendrá por fuerza que confesarle Rey de justicia.
Este Jesús … , es vuestro Rey de amor su fiesta se acerca; preparaos bien, preparadle un trono en vuestros corazones. Y con gran celo ayudad en vuestras respectivas parroquias, para que los cultos que hayan de celebrarse, sean los más solemnes y lo más concurridos.
¡Viva Cristo Rey! ¡Viva siempre en nuestros corazones!
EL ESCLAVITO. (Expresión con la que firmaba D. Antonio en algunos de sus escritos)
(L. IX-X 1929. Pág. 84)