Fuente: Alfa y Omega
ENTREVISTA / Este domingo se celebra el 50 aniversario de la restauración en la Iglesia del Orden de Vírgenes Consagradas (OV) por parte de Pablo VI. Entonces, surgió «la posibilidad de vivir en la Iglesia la virginidad consagrada permaneciendo en el mundo sin entrar en ningún monasterio», explica Pilar La Blanca, virgen consagrada desde 1999
¿Qué es una virgen consagrada?
Una virgen consagrada, tal como la Iglesia católica considera, es una mujer que no habiendo celebrado nunca nupcias ni vivido en estado opuesto a la castidad, por puro don de Dios y por la acción del Espíritu Santo, formulando el propósito santo de seguir más de cerca a Cristo es consagrada a Dios por el obispo diocesano según el rito litúrgico aprobado. De esta forma celebra desposorios místicos con Jesucristo, Hijo de Dios, convirtiéndose en su esposa y se entrega al servicio de la Iglesia y de sus hermanos.
¿Cuáles son las peculiaridades de la virginidad consagrada que caracterizan esta vocación diferenciándolas de las otras 4 formas de vida consagrada?
Principalmente dos. La diocesaneidad como algo inherente al ser y vivir. Su vocación ha nacido en esa porción del pueblo de Dios que es una diócesis, lugar donde tiene lugar el discernimiento de su vocación y su formación. Corresponde al obispo diocesano admitir a la aspirante a su vocación y celebrar su Consagración. Y una vez consagrada le corresponde velar por la atención pastoral de las consagradas, animándolas a vivir con gozosa fidelidad su propia vocación y sosteniendo su vivir para Cristo, su Esposo.
Y en segundo lugar, que forma parte de un Orden, el Orden de Vírgenes. Actualmente en los textos de derecho canónico en uso, la expresión Orden u Ordo solo es utilizada para los obispos, sacerdotes, diáconos y las vírgenes consagradas que viven en la secularidad. Así el CIC de 1983 habla del Orden de los obispos, del Orden de los presbíteros, del Orden de los diáconos y del Orden de las vírgenes y sólo de ellos.
¿De dónde viene el Orden de vírgenes consagradas?
La virginidad consagrada en la Iglesia es la forma más antigua de consagración. Ya en el NT, en los Hechos de los Apóstoles, cuando hablan de las hijas de Felipe, al menos dos de ellas se sabe que eran vírgenes consagradas. Durante los primeros siglos del cristianismo fueron creciendo en número y esplendor, siendo muy apreciadas entre el pueblo cristiano. Con el comienzo del monacato, se fue dirigiendo a toda mujer que quería vivir la virginidad consagrada a hacerlo en un monasterio. Desde el siglo XII, concretamente en el año 1.139, la virginidad consagrada sólo podrá ser vivida bajo el amparo de una Congregación religiosa. Y así ocurrió hasta el 31 de mayo de 1970.
¿Qué se celebra este domingo 31 de mayo?
El 50 aniversario de la posibilidad de vivir en la Iglesia la virginidad consagrada permaneciendo en el mundo sin entrar en ningún monasterio. Ese día, 31 de mayo de 1970, san Pablo VI promulgó la renovación del Ritual de Consagración de vírgenes. Siendo importante su renovación; ajustando textos al lenguaje actual, quitando adherencias superfluas y recuperando fragmentos significativos que con el paso del tiempo habían desaparecido, lo verdaderamente transcendental para nuestra vocación es el título donde señala a las personas que va dirigido el Nuevo ritual: abriéndolo no solo a mujeres que viven en un monasterio sino también a personas que viven en el mundo. Esa fue la llave para que el OV se volviera a reestablecer en la Iglesia.
¿Cuándo y cómo surgió tu vocación?
El Señor con el paso de los años fue moldeando mis deseos y proyectos de vida. Lo más cercano que yo tenía era la vida de mis padres y como ellos, yo quería formar una familia donde desarrollar todas las potencialidades que había puesto en mí. Mirándolos a ellos me parecía el plan perfecto para alcanzar la felicidad. Pero el Señor se coló en mi vida ¿quién sabe cuándo? y poco a poco me fue conduciendo hasta encontrar con toda claridad una vocación: entregarme a Él por completo viviendo mi misma vida que hasta entonces. Y aquí llegó el desconcierto total, porque ni yo ni las personas de Iglesia que me rodeaban conocíamos esta vocación. Tras algo más de dos años de hablarlo con mi director espiritual me veía abocada a hacer una consagración en privado, hasta que providencialmente en manos de mi director cayó la noticia de la Consagración de una virgen en Salamanca. A partir de ahí todo fue rodado: conocer el OV, hablarlo con el vicario de Vida Consagrada de Madrid…. y el 7 de diciembre de 1999 en la vigilia de la Inmaculada, en la catedral de la Almudena junto a 4 hermanas fui consagrada.
¿A qué se dedica una virgen consagrada?
Cada una de nosotras nos sustentamos con nuestro trabajo, ejercemos la profesión en la que estábamos inmersas antes de ser consagradas. Hay un amplio abanico: pintora, empresaria, en el campo sanitario, en la educación, oficinistas…. Y en el ámbito pastoral actuamos dentro de su doble campo: oración y acción, abarcando una parte de la misión de la Iglesia en su evangelización.
¿En tu caso?
Mi evangelización se desarrolla desde la oración personal en dos grandes parcelas: la parroquia Virgen de la Providencia y San Cayetano donde vivo, fortalezco y crezco en la fe en diferentes tareas. Y en el movimiento de Cursillos de Cristiandad donde intento fermentar los ambientes donde vivo: familia, trabajo, amigos, vecinos… Y en el ámbito profesional actualmente trabajo de secretaria en la Conferencia Episcopal Española.
¿Cuántas vírgenes consagradas hay en Madrid?
Actualmente, somos 27.
¿Y en España?
A día de hoy, 222. Esta pandemia se ha llevado a 2.