Los Reyes magos también escriben

4 Ene, 2017 | Adviento - Navidad

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Hemos leído todas cartas de este año. Nos ha sorprendido y nos ha conmovido ver que todos estáis pidiendo lo mismo. Y hemos decidido que si, que lo tendréis. Os traemos la felicidad (puede ser la alegría, la libertad, la esperanza, el amor, la amistad…).

¿Una felicidad plena y total? No, porque no existe felicidad plena y total: cabe conquistarla un poco cada día e ir mejorándola siempre.

El año 2017 tendréis felicidad, pero id haciéndoos a la idea de que en la situación alcanzada también encontraréis falta de felicidad.

Mirad también que la felicidad es un juguete muy caro y muy delicado. Un juguete, podríamos decir, con el que no se puede jugar. Mejor: más que un juguete es un instrumento, una herramienta, un estado del espíritu, una forma de ser.

No quisiéramos que se os deshaga entre los dedos. Por eso, os aconsejamos que os atengáis a este manual de instrucciones para que podáis poner en funcionamiento la felicidad que os regalamos:

No se os ocurra usarla para romperla en la cabeza de los demás.
No la destripéis para ver que hay dentro.
No le tengáis miedo, y por eso intentad usarla desde ahora.
No os canséis de ella a los cuatro días, como ha ocurrido otras veces con otros juguetes que habéis tenido.
No permitáis que nadie os la robe.
Dejad que juegue con ella todo el que quiera.
No estropeéis la que también llevaremos a otros.
No la pongáis en manos de inexpertos.
No pongáis dentro de su caja otras cosas que no sean la felicidad. No la confundáis.
No la guardéis escondida, pensando que se desgasta al usarla.
Haced que rinda lo más que podáis.
No le quitéis ninguna pieza, ya que sólo funciona entera.
Dadle buen trato y haced que os dure.

Si sabéis jugar con ella como se debe, el año que viene os traeremos más.

Melchor, Gaspar y Baltasar

LOS REYES MAGOS NOS ENSEÑAN

La capacidad para ver la estrella, abiertos a la llamada de Dios, vigilantes, hombres de oración. Saben distinguir perfectamente los signos de los tiempo. No son hombres distraídos. Escuchan la voz del cielo y la su propio corazón.

Su disponibilidad para dejarlo todo y ponerse en camino. No son hombres instalados, apegados a cosas y lugares, porque viven de la esperanza. Hombres libres “de” toda atadura y libres “para” todo aventura, hambrientos de luz y de Dios.

Su constancia en el seguimiento de la estrella. No les faltaron dudas y pruebas en el camino. Ellos pasaron también por la noche, cuando no se ve ni se siente ni se entiende nada; lo difícil de la noche, cuando Dios es silencio y hasta los mas queridos nos abandonan.

Su lectura de los hechos. Cuando la estrella se para ante la casa pobre, no se escandalizan y lo reconocen como Mesías. La mayoría del pueblo judío no fue capaz de hacer esta lectura. Y es que Dios es siempre sorprendente, se viste de sencillo y solo se manifiesta a los humildes y los pequeños.

La adoración. “Cayendo de rodillas lo adoraron”. No basta con ver. La fe es entrega y amor. Ellos, mas que el oro, incienso y mirra, ofreciendo su corazón. Creyeron y adoraron.

Su capacidad de cambio. Fueron capaces de volver por otro camino. Es cosa segura que Dios cambia siempre nuestros planes. Creer es vivir confiados en la inseguridad.

Su transformación. En el viaje de vuelta ya no necesitaban estrellas, porque la estrella la llevaban dentro.

Era tal la luz y la alegría que recibieron, que ellos mismos se convirtieron en estrellas. Y por donde quiera que pasaban iban dando testimonio de lo que habían visto y oído. Fueron misioneros de la alegría y el amor.

LA LLAVE

Bienvenidos, sus Altezas Reales, al año 2017. Un año más comprobáis como la alegría y el griterío de todos nuestros niños y niñas expresan la ilusión con que os esperaban. Hoy, mirando al cielo, contemplando la estrella que os ha guiado podemos decir que, esta noche, es la noche más mágica del año. Nunca, el Oriente y Occidente, se habían dado tan cerca y tan fuertemente la mano.

Muchas esperanzas y deseos, proyectos e ilusiones, tienen depositadas en vosotros los más pequeños de nuestra ciudad/pueblo. Haced realidad, en la medida en que podáis, tantos sueños con los que, en esta noche, estos niños y niñas descansarán. Sus peticiones, Majestades, reflejan la transparencia y la inocencia que, los más mayores, tal vez hemos perdido.

Os damos las gracias. El hecho de que lleguéis puntualmente a nos llena de satisfacción y de orgullo. Sabemos que nuestra ciudad/pueblo, es especialmente señalada y reservada para iniciar vuestro viaje por estas tierras. ¡Gracias, de corazón por esta deferencia!

Os damos las gracias porque, vuestro camino, no ha sido un trayecto fácil. Habéis tenido que luchar con ciertas dificultades y comprobado, al cruzar decenas de países, que no todo anda bien en el mundo. Que la violencia, el hambre, la pobreza, la droga, el aborto, la violencia de género y hasta la falta de fe, condicionan en parte la felicidad y el egoísmo de los hombres. Permitidme, en este momento, entregaros una carta en nombre de esta ciudad/pueblo de para que, por todos los hogares por donde paséis en esta madrugada dejéis, por lo menos, unos gramos de paz en la balanza de aquellos que tanto de vosotros esperan.

Nosotros, que presumimos de tenerlo todo, necesitamos de una mano que nos empuje. De una voz que nos anime. De una luz que nos ilumine. ¿Queréis ser vosotros Majestades?

Aquí tenéis a vuestros seres preferidos: ¡a todos los niños y niñas ! Vuestros son, Majestades, sus ilusiones y sus sueños. Sólo vosotros conocéis, de puño y letra de cada uno de ellos, lo bien o lo mal que se han portado; la salud o los problemas de su familia, estudios o trabajos. Os pido, en nombre de todos ellos, que no paséis de largo de sus hogares. Hoy, más que nunca, esta ciudad /pueblo, necesita escuchar vuestras pisadas que nos traen el secreto y el silencio de vuestra felicidad.

Hoy, más que nunca, somos mendigos de vuestros abrazos y besos; la tierra está excesivamente fría en sentimientos.

Hoy, más que nunca, porque queremos un futuro mejor para estos habitantes que os reciben, os solicitamos que entréis en cada una de sus casas. Que llevéis la salud si hay enfermos. Que regaléis amor, si amanece el odio. Que procuréis en abundancia esperanza, si observáis que el pesimismo crece como una mala planta.

Reyes Magos, vosotros que sois sabios y hombres de ciencia; que os dejáis seducir y guiar por esa hermosa Estrella de Navidad para llegar a todos los hogares del mundo, haced lo posible para que Dios, como gran regalo, entre a formar parte del gran tesoro de todas las familias que hoy os reciben. Sabemos que, vuestra generosidad y vuestra presencia, tiene un origen y un fin: DIOS.
Melchor, Gaspar y Baltasar. ¡Esta ciudad/pueblo, es vuestro¡ Os entrego esta llave mágica. Con ella no solamente podréis abrir todas las casas de esta localidad. ¿Sabéis cual es el secreto de esta llave? Qué además, Majestades, podéis con ella abrir el corazón de todas las personas, mayores y niños, y depositar en ellos a Jesús el Hijo de Dios.

Javier Leoz

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