Una de las palabras importantes del encuentro con Cristo en el camino de Emaús es invitación. Invitaron al desconocido a caminar con ellos, no les parecía bien que estuviera solo, se ofrecieron como compañía. Le cuentan y aceptan su invitación a explicar las Escrituras, no les importa escuchar al desconocido, dejar que les enseñe.

Le invitan a sentarse a la mesa, a formar parte de su vida, están preocupados por él, es de noche. Él Señor, sin que ellos sepan que es Él, les invita a compartir el pan, a partirlo y darlo a los demás. La Pascua es invitación para hacer comunidad, para dejar sitio al otro, para caminar con el Señor… si queremos ‘que arda nuestro corazón’ tenemos que invitarle a nuestra vida.