Todos estamos convencidos de que la Alianza bien vivida lleva a la cumbre de la más elevada santidad a las que dentro de ella quieran conseguirla. Personas bien documentadas me dicen que la Obra tiene todas las condiciones para constituir verdadero estado de perfección y me aconsejan que lo ponga así en el Manual de Perfección, pero siempre el mejor puesto está en la humildad y en esperar que la Iglesia nos diga: “Sube más arriba”. Lo cierto es que al aceptar el Reglamento os obligáis a la práctica de la perfección… y la Alianza tiene estabilidad… firmeza… y seguridad suficiente para alcanzarla, basada en su vida marcadamente elevada y espiritual. No es por lo tanto la nuestra una Obra auxiliar como el bachillerato, que es base para ingresar en otras carreras. La Alianza es camino completo, como Obra de Dios no le falta nada, porque el Señor no sabe hacer las cosas a medias y la aliada llegará a ser santa, mediante la especialización de las virtudes características marcadas en el Reglamento.

Hay preciosas pinturas con muy distintas tonalidades, hermosas estatuas de muy diferentes formas… y también en el cielo, habrá infinita variedad de santos con muy diversos matices. Nuestro modelo os aseguro que ha de ser original… nada vulgar… sin duda que llamará la atención… Más de uno preguntará… ¿De dónde habrá salido este tipo de santas tan caprichoso…? Y ya encontrará quien le conteste: Ya ves… trazas del Señor… Son de aquella Obra de la Alianza, que tanto motejaron y despreciaron. Santidad rara y llena de heroísmo ya es… porque el terreno donde se desarrolló poco o nada les favoreció.

Conocer a la luz de la fe las condiciones naturales de vuestro espíritu, las aficiones que os mueven, el fin que os arrastra y determinar sin apasionamiento cual sea la voluntad de Dios y si es esta vuestra vocación y sabéis ENTREGAROS, adquiriréis aquí la santidad más encantadora y bella.

A, Amundarain
Valladolid 1946