Texto del Venerable Antonio Amundarain tomado de una carta a una aliada
ADVIENTO
Principio de año litúrgico, adviento, con esa fiesta singular y pura consagrada a la Virgen. Ocurrencias, dirás, pero no sé disimular: hasta la Iglesia comienza su año litúrgico, recordando a las almas lo primero necesario, la flor de la virginidad, pureza de alma y de corazón. El primer rasgo, el primer triunfo, el de la pureza virginal y angelical. La Alianza, disponiéndose para la fiesta de Navidad, tiene que ataviarse de estas divinas flores. Con ellas cautivarás al Niño para que venga a tu pobrecito Belén. Y allí te entregarás incondicionalmente y para siempre. (Carta 656, Aliada)