Oración de adviento en el año de la fe

6 Dic, 2012 | Formación

Hemos traspasado ya la puerta del Año de la Fe

y hemos entrado de lleno en el Adviento; adviento3.jpg

ese tiempo bendito en el que Tú no nos dejas huérfanos,

sigues viniendo a la sociedad, a la Iglesia, a España, a nuestras diócesis,

a nuestras unidades parroquiales y a cada una de nuestras personas.

¡Danos tu Santo Espíritu para no dejarte pasar de largo

y recibirte con entera confianza, auténtico amor y esperanza cierta!

¡Ven Señor Jesús y aumenta nuestra Fe

para contemplar con ojos limpios, mirada lúcida y obediencia a la realidad

los grandes y crecientes conflictos existentes en el mundo!

Que te veamos presente en medio de los desheredados de la tierra,

en los que soportan impotentes las injusticias estructurales,

en los que languidecen por causa de las hambrunas y pandemias.

¡Danos tu Espíritu, para rebelarnos contra el orden abusivo establecido!

¡Ven Señor Jesús, aumenta nuestra Fe

para integrarnos en la Familia del Padre teniéndote a Ti como Hermano Mayor!

Que experimentemos confiados que sigues viniendo una vez más a tu Iglesia,

cuando anunciamos la buena noticia del reino,

cuando transmitimos la Fe con la fuerza del testimonio y la verdad de la Palabra.

¡Daños tu Espíritu de alegría,

para evangelizar con la misma ilusión de los grandes misioneros del Evangelio!

¡Ven Señor Jesús, aumenta nuestra Fe

para no hacernos insensibles a los problemas de nuestra patria!

amenazada en su paz social por la grave crisis económica,

dividida por intereses partidistas y falta de auténtica solidaridad,

sacudida en su humanidad por los desahucios y la creciente pobreza.

¡Danos tu Espíritu de concordia,

para vivir con sobriedad y ayudar a los necesitados con los que Tú siempre te identificas!

¡Ven Señor Jesús, aumenta nuestra Fe

en los tiempos complejos que están viviendo nuestras comunidades diocesana!

Que obremos siempre con la misma caridad pastoral que Tú tuviste,

Que no seamos cobardes para defender los valores evangélicos

sin temer a nada ni a nadie.

¡Danos tu Espíritu de sabiduría,

para testificar con parresía la comunión con todos nuestros hermanos!

¡Ven Señor Jesús, aumenta mi pobre y necesitada Fe!

Que tu advenimiento en este tiempo de gracia y conversión

me encuentre preparado para recibirte en el santuario del corazón,

decidido, como pastor de la comunidad, a ser tu discípulo, que imita tu estilo de vida,

que ama como Tú amas

y que defiende la causa de los pobres y de los débiles

con la fidelidad con la que Tú lo hiciste.

¡Dame tu Espíritu para acogerte con verdaderas obras de amor!

Luis Ángel Montes Peral,
biblista y sacerdote palentino

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