¿Oyes el gemir de cada hombre en el corazón de Cristo?
Durante esta pandemia muchos de nosotros hemos vivido el dolor por la enfermedad y la pérdida de seres queridos, sin poder acompañarles físicamente. Nuestro dolor no es ajeno al corazón de Cristo.
La hermana Judit María, con su testimonio, comparte el paso de Dios por su vida en la enfermedad y en la muerte de su padre por Coronavirus. Esta situación que Él ha permitido sella en ella la certeza de la fecundidad de su llamada a la vida contemplativa. Todo sufrimiento vivido en Cristo nos abre un horizonte de comunión y de vida eterna.