LA FAMILIA ALIADA PEREGRINA A FÁTIMA
El día 24 de agosto la Madre nos esperaba en Fátima. 91 peregrinos entre aliadas, colaboradores, amigos y familiares iniciamos el camino motivadas por una carta que todos recibimos personalmente de la Directora general.
En nuestra peregrinación nos acompañó el sacerdote Jorge Oliveira, de la Coruña, quien con sus oportunas palabras creó el ambiente propicio para comenzar nuestro itinerario jubilar, para lo cual nos situamos bajo el Pórtico del Centenario. Colocando en Dios toda nuestra esperanza y confianza, profesamos la fe que nos mueve a adorarlo y a amarlo – la fe de la Iglesia, de la que somos parte –, tomando las palabras del Símbolo de los Apóstoles, rezamos juntos el Credo.
Después, la primera Eucaristía en la capilla de las Apariciones, primer encuentro con nuestra Señora del Rosario de Fátima; en un clima de devoción, recogimiento y fervor nos fuimos sumergiendo en esa atmósfera que envuelve toda Fátima de entusiasmo por el encuentro con la Virgen.
Después de la cena, de nuevo en la Capilla de las Apariciones, bajo la mirada solícita de la Señora del Rosario, que nos enseña a seguir al Señor, meditamos en los misterios de la vida de Jesucristo, procurando configurar nuestra vida con Él, contemplándolo en el rezo del rosario y posterior procesión de antorchas.
Nuestra sorpresa fue que al ser jueves quien procesionaba no era la Madre sino el Hijo. Cual día del Corpus, encaminamos nuestros pasos, junto a la multitud de peregrinos, tras del Señor, con posterior bendición con el Santísimo.
El día 25 de agosto lo pasamos entero en Fátima aprovechando para proseguir nuestro itinerario jubilar.
Junto a las tumbas de los Pastorcitos, presentamos al Señor nuestra oración por el Santo Padre, hicimos nuestras sus intenciones y, con él, nos unimos a toda la Iglesia, orando con la oración propia para este momento.
En la entrañable Capilla del Santísimo Sacramento oramos por la paz. La Paz es un elemento continuamente presente en el mensaje de Fátima. Nuestra Señora la anuncia e insiste en la importancia de rezar para alcanzarla. Acogiendo la invitación de la Reina de la Paz, uniéndonos a todos los hombres y mujeres que desean y construyen la paz, adoramos al Señor en silencio y, en esta capilla, que fue instituida para alcanzar la paz, le dirigimos nuestra petición, también con la oración propia para este momento.
Este mismo día participamos en la Eucaristía, presidida por monseñor Braulio Rodríguez Plaza, Arzobispo de Toledo, que estaba allí acompañando a un grupo de familia. Fue una Eucaristía muy emotiva donde resonó con fuerza, de boca de nuestra Directora General, el nombre de nuestro Instituto en una petición por todos los Institutos Seculares, especialmente por la Alianza y por las vocaciones a la misma.
Por la tarde hicimos el Vía Crucis por el camino “Calvario Húngaro o final del Vía Crucis”, denominado así porque fue ofrecido por los húngaros dispersos por todo el mundo. Debajo del Calvario existe una capilla dedicada a San Esteban, primer rey de Hungría que consagró la nación húngara a Nuestra Señora. También visitamos la casa de los pastorcitos y conocimos a una sobrina de Lucía, de muy avanzada edad, que disfruta compartiendo con los peregrinos sus recuerdos y vivencias.
De vuelta al recinto jubilar, una guía local nos esperaba para enseñarnos y explicarnos histórica y detalladamente todos los lugares más significativos del lugar.
Y por la noche, de nuevo el rosario en la capilla de las Apariciones y procesión de antorchas, esta noche sí era la Madre la que presidía; de nuevo el fervor y la devoción popular se palpaban en el ambiente.
El día 26 de agosto visitamos Nazaré y Batalha con sus preciosas iglesias y grandiosos monasterios, todo el tiempo acompañados de guías locales que hicieron el recorrido cultural ameno y formativo.
De vuelta a Fátima participamos en la Eucaristía en español en la capilla de las Apariciones, presidida por el Obispo de Tuy-Vigo, Monseñor Luis Quinteiro. De nuevo volvimos a escuchar el nombre de nuestro Instituto como un grupo más de los allí presentes, gracias a Jorge, sacerdote que nos acompañaba que tuvo el detalle de incluirlo entre los grupos participantes que se nombraron. Él ha concelebrado en todas las eucaristías en las que hemos participado. Tras la cena nuestra participación en el rosario y posterior procesión de las antorchas; al ser sábado era una multitud inmensa la que acompañaba a la Señora en su recorrido por todo el recinto, la luz de las antorchas en medio de la noche, iluminaba rostros, elevaba historias personales, y recogía lágrimas, que sólo el corazón de una Madre podía comprender.
El día 27 de agosto amaneció fresquito. Con la alegría de la experiencia vivida y la esperanza nostálgica del reencuentro, nos despedimos de Fátima rumbo a Lisboa y, allí, una nueva guía local nos hizo una «panorámica» (como la llaman ellos) de la ciudad. Pasamos el gran puente «25 de abril», visitamos los Jerónimos, la Torre de Belén, el monumento a los descubridores y un largo, pero rápido, etc. La comida compartida y las despedidas pusieron el punto y final a esta peregrinación, que como se dijo en los autobuses, empieza ahora, de la mano de Nuestra Señora del Rosario de Fátima.
¡Gracias, Alianza, por el bien que nos has hecho a todo el grupo, aliadas, colaboradores, amigos y familiares, dándonos la oportunidad de encontrarnos ante la Madre, fortaleciendo nuestra fe, avivando los lazos fraternos e impulsando nuestra esperanza; gracias, por afianzar nuestro sentido de pertenencia.
Gracias, por poder seguir HACIENDO ALIANZA.