Pobreza Consagrada (36)
Cuando llegan las limitaciones por la edad o enfermedad, es la hora de la verdad. Es tiempo para vivir, con serenidad, creatividad y gozo, los frutos de las opciones por las que habíamos apostado.Vivir con radicalidad la pobreza evangélica.
En el despojo natural de la vida (salud, tiempo, fuerzas, facultades…) llega el momento de agradecer nuestras firmes raíces.
Feliz quien ha sembrado, en su juventud, compromisos, porque cosechará felicidad, e irradiará verdad.