Resonar la llamada

27 Dic, 2017 | Cultura vocacional

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Podríamos decir que en Dios hay tantas vocaciones como personas, y que toda vocación se da en la Iglesia y es para la vida y misión de la Iglesia. Se trata, por tanto, de vivir la propia vida como respuesta en la Iglesia a la llamada de Dios. Esa respuesta podrá ser en el matrimonio o en celibato apostólico en medio del mundo, en el ministerio sacerdotal o en la vida consagrada. Las circunstancias exteriores nos van hablando, situando, y la luz del Espíritu Santo nos guía para que sea posible llegar a discernir una posible llamada peculiar o específica.

No existe un vocacionómetro. Cuando una persona se plantea en serio la posibilidad de seguir una vocación específica en la Iglesia y ese planteamiento no le deja indiferente, no le parece ajeno, sino que «le afecta» de tal modo que entiende que no puede dejarlo estar frívolamente, puede ser indicio de que Dios llama y hay que discernir en conciencia.

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