Jesús llama a Felipe: ‘sígueme’ Felipe dice que si. Felipe le anuncia a Natanael: ‘Ven y verás’ Encuentros, propuestas, respuestas… como la vida misma, en el hoy y el ahora.
Un corazón dispuesto y los sentidos bien abiertos. La llamada es personal y ante ella no puede haber indiferencia. Tenemos que acercarnos, ver y escuchar.
Él nos conoce, sabe de nuestra vida, de nuestras capacidades… nunca nos pedirá un imposible, siempre dejará libertad, nunca nos dejará de la mano, siempre tendrá en cuenta nuestras capacidades. Que sepamos decirle como Natanael: ‘Rabí, tú eres el Hijo de Dios’ Después nuestra vida no será la misma.
Señor, auméntame tu FE, sin ella nada puedo.
ELLA me hace fuerte me transforma, me proteje me da fuerzas me da tranquilidad. En una palabra me hace otra que todo lo espera en aquel que me hace vivir con paz