‘A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo’ Será Juan. Dios comienza a enseñar su grandeza, a vencer la esterilidad de este mundo, a anunciar su bondad, a mostrar su Palabra.

Zacarías comienza a hablar, Isabel da a luz… el mundo se llena de la mano de Dios, todo cambia. ¿Por qué tanta grandeza? ¿Tiene límites sus designios? Aún tenemos que esperar algo más grande, maravilloso… Una Luz que ciegue nuestras tristezas, que elimine nuestra soledad… El encuentro con Él sin intermediarios. Su generosidad no tiene límites. Su mano estaba en Juan, todos se admiran… su mano está implicada en el mundo, no perdamos la capacidad de admirarnos y sorprendernos por, con y en los pequeños detalles de su presencia.