Muchas personas sufren por las graves dificultades que padecen.
Nosotros podemos ayudarlas acompañándolas por un camino lleno de compasión que transforma la vida de las personas y los acerca al Corazón de Cristo que nos acoge a todos en la revolución de la ternura.
Recemos para que aquellos que sufren encuentren caminos de vida, dejándose tocar por el Corazón de Jesús.