Virginidad Consagrada (17)
Seguimos de la mano de nuestra Madre en este mes de mayo, donde la mejor flor que podemos ofrecerle es la belleza de la Virginidad Consagrada, que huele a sencillez y sus pétalos son transparencia pura, tan frágiles que se sostienen sólo con la fuerza de la oración y la gracia de Dios.
Agradecemos a tantas personas que han sido y son referentes de apoyo para esta vocación.
«Pido a María que dé a todos los miembros de los institutos seculares la lucidez con que Ella mira la situación del mundo, la profundidad de su fe en la palabra de Dios y la prontitud de su disponibilidad»
(S. Juan Pablo II. 1-2-17)