Volvernos pequeños
Que la vida nos vuelva pequeños, frágiles, vulnerables.
Que se lleve como agua del río nuestros secretos orgullos, nuestras grandes ambiciones.
Que nos conmuevan, como de niños, las palabras y gestos de ternura, los sucesos y gritos del dolor.
Desandemos ya los pasos que nos llevaron equivocadamente a creernos reyes empinados sobre todos los valles y escenarios de este mundo.
¡Cuántos desengaños, traiciones y magulladuras en nuestro corazón!
Vuélvenos, como en la infancia, la atención hacia la fantasía, hacia los secretos del universo, hacia las cosas anodinas.
Y entre risas, juegos y silencios perder sin más nuestro tiempo, y ganar, al fin, nuestra vida.
(Seve Lázaro, sj)